POEMA I
Encuentro la fidelidad de la soledad
Esquirlada a mis huesos,
hoy que mi carne yacer bajo mis pies quiere.
Han pasado los años lentos y pausados
Mordiendo mi vientre de hambre y sed.
Me canse de repetirte Dios Por qué nací así:
Así con los ojos vendados,
Así con padres ausentes,
Así en medio de humanidad sin hombres
Con raros nombres compadecidos de mi ser;
Un pan y una fruta…a veces algo de beber.
Días gloriosos aquellos en los que el poder anhelaban,
Caballeros de corbata y saco negro
Mi pobreza y mi rostro sucio; buen material para ganar
adeptos
Entonces me miraban y extendían sus manos
Con la poca pueril
inocencia que me quedaba sonreía
“Ellos son el futuro de nuestro país…¡¡¡¡¡¡”
“Lucharemos contra la violencia y el maltrato infantil¡¡¡¡¡¡”
Su voz ronca y su panza regordeta acariciaban mi pequeño
cuerpo.
Ahí entre sus brazos creía que el cielo me había escuchado.
Mientras mi rostro sucio, seguro aparecía en esa caja chica,
Que embobado tiene a todos.
Se me retorcía el
vientre.
“Denle algo de comer…”
Luego, ni rastro de mi existencia quedaba en aquel hombre.
La tarde tornabase en oscuridad: él ganador del sillón
municipal.
Escuchaba a lo lejos los pasos acelerados de aquella mujer
pálida,
que todo el tiempo me
recordaba ser mi salvadora.
“¿Cuánto sacaste hoy?....te vi en la televisión granuja…”
Mi pobreza y mi miseria fue la gloria de muchos…
Hace poco alguien vino a verme…
Me encontró dormitando en el recodo de una callejuela.
Estoy cansado de morir; que quiero vivir después de dejar de
respirar.
Me ofreció café…nunca sabré cómo es el café.
Su voz amable como tantas otras…nuca sabré cuantas fueron
sinceras.
Suspiraba en vaivén y un Dios mío se le escaba del corazón.
Tan ciego que no puedo ver…pero sentir las cosas es mejor
que verlas.
Me prometió escribir el mejor bestseller sobre mí…
Asentí con la cabeza…mi espíritu se agota.
Y aunque nunca fui feliz…hice feliz a muchos.
Leerán mi historia; será entretenida.
Me verán en un magazín y dirán que buena foto la de este
artista,
Capta impresionantemente la miseria humana.
Hurra para él…muerte para mí.
Werner Lima Gonzalo
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